Todos alguna vez hemos soñado, con ser esa rapaz ave que surca el cielo altiva y cautivadora, con esa visión capaz de ver a una distancia que nos alejaría de los peligros y situaciones que no queremos, con aquellas garras que nos defenderían contra todos los ataques de la vida, con esa envergadura para abrazar y proteger a los nuestros.
Pero no siempre nuestros sueños son de libertad, a veces, nos sentimos atrapados por la vida, encerrados entre cuatro paredes, donde ese cielo que queremos surcar y alcanzar solo está presente por la claridad que entra por un ventana, sentimos vacio y soledad, creemos que no somos lo suficientemente capaces de salir de ese limbo en el que hundidos estamos, pero, una vez abrimos nuestros ojos miramos con esperanza, entendemos que era un mal sueño y buscamos con paciencia, madurez y sensatez la libertad de dejar esa soledad que te amarra de alguna manera impuesta y comprendemos que siempre se tiene una salida allí aunque no la veamos.
Huyamos de nuestras jaulas, derribemos esas paredes, tumbemos esos prejuicios y extendamos nuestras alas a ese cielo en un vuelo a la libertad.
...Mi poeta!!!nuevamente encuentro verdad en tus letras, palabras q desgarran mi ser en lo mas profundo dond solo ud conoce en gran parte! ta
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