El cielo se torna gris ante mis ojos,
cae el otoño de mi vida
y el frio invierno
penetro en mi cuerpo.
Preparándome
y al mismo tiempo
acercándome al final
de la línea que marca
el fin del verano de mi vida.
Para entonces al cruzar
ese umbral ínfimo y etéreo
poder iniciar con la verdadera,
primavera de mi alma.
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