El no quería olvidarla,
no deseaba cegar la luz de ese su recuerdo,
borrarla de sus sueños,
dejar de respirar el aroma de su ser.
El revivir de su mirar,
el suspiro de sus besos,
la ilusión de tenerla,
la huella de su piel;
se desvanecieron en el.
Los colores intensos que rodeaban sus paisajes,
fueron tornándose en grises imágenes sin nitidez y
así ella empezó a desaparecer.
La quiso como a nadie
y de la nada
la olvidó.
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