Las órbitas vacías de mis ojos
son indicio de que ya en ellos no habitas.
Un solo par de huellas son marca en arena de quien ya no está.
El frío entra por los poros de mi piel,
en la cual ya no hay besos ni caricias,
nunca pedí nada tan solo quería dar y ella no quiso recibir.
Noches de inquietud más días sin sentido,
amar en distancia es amar en soledad,
buscaré el consuelo de mis letras, ellas dictaran el tiempo.
La llevaré siempre, no cerca, pero muy dentro.
Seré el triste zapato roto,
que de tanto caminar, ya nadie querrá usar.
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