miércoles, 2 de septiembre de 2020

Mi Dibujo

Alejado de mis letras, empecé a dibujar, quería en trazos plasmar eso que abundó en mis párrafos. El amor, la felicidad, las metas logradas, la esperanza, los deseos, las ganas, esa pasión, el esfuerzo, las ilusiones, hasta la soledad en ellas incluí. Todas ellas eran líneas difusas que convergían en una imagen que se iba formando ante mis ojos.

Mientras trazaba dichas líneas rememoraba ese dibujo que hacía de niño, una casa de amplias ventanas, una chimenea, un camino flanqueado por un jardín, un perro, un gran árbol de frondosas ramas, de fondo un cielo azul coronado con un gran sol y ante la casa tres figuras unidas con palitos que fungían como una familia. Era ese el sueño final, era la representación de la felicidad en su más simple expresión.

Fui, en blanco y negro, tendiendo imágenes de mi vida, transcurrida entre risas y llantos, momentos de magia y abrupta realidad, fue un collage de muchas situaciones y vivencias hasta lograr una imagen.

Me aparté unos pasos y miré mi primera experiencia como pintor y esas líneas en principio se me antojaron conocidas, eran una silueta, formada por sonrisas, eran solo curvas de sus labios, sí, los de ella, la dueña de mis letras y ahora... mis dibujos.


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