Me abrazaba contra su pecho, acariciaba todo mi ser, me paseaba de una mano a la otra, sus ojos se hundían en mi, ese su mirar me daba vida; no había más nadie era yo el único; me hizo suyo mil veces, tal vez mas, no sé, fue feliz sentía que era de ella y mía ella. Sin embargo, llego un día en que sus ojos se apagaron, sus manos no me acariciaron y sin pensarlo me soltó; caí como un bulto, así me sentí, golpee bruscamente contra mi lomo, me abrí de par en par no hubo dolor solo vacio, ahí yacía, inerte sin vida, solo en mi se podían leer dos fatales palabras por las que ella me dejo
El Fin.
Degustar un poco de amor nos da la satisfacción, despues de la resignación, aunque sin esperarlo ese final quizá nos llegue 1, 2, 3 veces. Que mas da? verdad? hay que continuar
ResponderEliminarUna vez leí, que en la vida conoces muchas personas que llegan para un aprendizaje, esos maestros nos dan una leccion de vida y luego deben marcharse, el asunto es que muchas veces no aceptamos esa partida, ese fin de las cosas que se resume en una palabra....el apego....MG
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