Esas primeras letras que se unieron y salieron de mi interior, llevaban algo de lujuria y pasión, acabaron en alguna hoja rasgada de un cuaderno colegial, destinadas a quien supones fue mi amor primero, esa persona que robo mi pensar, quizás haciéndome soñar.
El se fue, no se quedó, ni el poema, ni el amor, el primero quizás terminó en un basurero y el amor no había llegado.
El sembró está semilla que germinó dentro de mi, y cuál árbol que crece en anillos marcando sus años, se fueron escribiendo mil poemas más que emanaron a la luz en hojas blancas y en negra tinta.
Tal vez, amor mío, nunca lo leerás y hasta yo lo habré olvidado, pero en ese mi primer Poema, comencé a conjugar las rimas que serían, mis versos para Ti.
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