Abrazado a mi nostalgia,
despediré a mis sueños,
a mis risas,
ellos se tornaron grises e inertes,
por el recoveco austero de su ausencia.
No volverá el tiempo ido,
más no llegará el mañana.
Hasta entonces yaceré dormido entre mis ruinas,
ya no seré luz en sus pupilas,
un velo de polvo cubrirá mi alma despojada.
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