Abro el cuaderno donde guardo tus escritos y salen a volar esos recuerdos que trascienden en el tiempo.
Se elevan hasta donde solo son un punto en el cielo, se dejan leer en otros ojos y algunos ojos, llegan a pensar que son propios.
Tan solo tú, sabes que son tus letras,
que son mi pasión por ti en palabras mágicas,
momentos de intimidad en rimas,
deseos en sonetos,
ganas en versos,
pero jamás elegía.
Se deslizan por el cielo,
se confunden con las nubes,
en un momento hasta se puede leer en ellos, tu nombre.
Eres la musa de este vate que olvidó a Caliópe con tan solo verte, eres esa tentación, que aunque prohibida, fuiste permitida.
Solo los dejaré volar, ellos volverán...
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